Está claro que el rosa no irá sólo y, aunque te acabe de decir que los protagonistas no serán los polvos de maquillaje ni la base, claro está que deben estar presentes. Lo importante será, a la hora de elegir estos cosméticos, que sean muy luminosos.
Ponle rosa a las mejillas, apagando la luz que puedas mostrar en esta zona. Para hacerlo, la mejor técnica es la de sonreir, para que se marquen bien los pómulos. El punto ideal será donde se levantan. Para dar con él, aplica el colorete hacia abajo y hacia y afuera pero hacia arriba nunca.
¿Que no te atreves con el colorete rosa? Siempre te quedarán las uñas, porque también en esta parte se lleva el rosa. Empezar con las uñas de los pies será la opción más sencilla para las menos atrevidas.
También para los ojos puede ser un tanto atrevido, así que te propongo que te animes con los labios, ya sea con un gloss y un poco de color, una opción más sencilla, o que apuestes por una barra de labios de un tono claro (nada de rojo chicle, sobre todo para las rubias, que eso ya pasó de moda. En este caso es recomendable el tono coral). Si eres morena, te quedará mejor un rosa azulado, tipo lila y si no estás muy morena, olvídate del rosa palo.
Si tienes los labios finos, te recomiendo los colores claros, ya que los oscuros dan un efecto todavía más delgado. El rosa chicle o color salmón, según tu tono de piel, te irá mucho mejor. Eso sí, el gloss es imprescindible.
Puede que tu problema sea que no tengas los dientes muy blancos. En ese caso, te recomiendo que huyas de los tonos claros como el rosa pálido. La mejor opción en este caso será el cereza oscuro y el granate.
Y si te pasas de morena, mejor optar por el tono ciruela y dejar el rosa para las mejillas y uñas.
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